jueves, 14 de julio de 2011
Culpo a Disney por hacernos creer que se podía pasar de ser una criada a ser una princesa por la gracia de un zapatito de cristal; de que podíamos correr libres por el bosque con plumas en el pelo y descalzas por la nieve; que podíamos volar en una alfombra mágica o que un espejo nos nombrara las más bellas del reino para que luego nos salvasen de un sueño eterno con un beso.
Pero sobre todo, les culpo de hacernos creer que, al final, siempre damos con nuestro príncipe azul, y todo acaba con un final feliz.
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Es cierto, Disney es un mal ejemplo! Por su culpa, todas andamos buscando el príncipe azul, que definitivamente no existe.
ResponderEliminarBueno.. veo que sos nueva con tu blog, asi que me sumo a tus seguidores, y te deseo mucha suerte!