Si entráis en este blog creyendo saber lo que vais a encontrar, salid.

Este blog no es un blog solamente de moda, ni solamente de mí, ni solamente de nada.

Aquí escribo lo que quiero y lo que deseo. Lo que anhelo o lo que desprecio. Sobre lo que me gusta y sobre lo que detesto.

Es mi carta de presentación.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Seguiré pensando que existe una parte buena en la vida.



¿Sabes? He intentado pasar una semana sin saber nada de ti, sin nombrarte. Lo tenía como tarea en la blackberry, el día y la hora en la que empezar e ídem para terminar. Pero no volveré a intentarlo ni una vez más. Total, me es imposible. Una pérdida de paciencia y de nervios.
Y peor aún si cuando lo intento decides hablarme.
Creo que fue peor de lo que me imaginaba. A día de hoy te echo tanto de menos que podría hacer alguna locura de las mías. Por eso necesito una respuesta. Que me insultes, me escupas, me sonrías o me beses, pero que cuando lo hagas me dé cuenta de ello.
Voy a rendirme mucho antes de decidir olvidarte. Porque cada vez estoy más segura de poder afirmar que nunca voy a poder hacerlo.
Llámame inmadura, di que para mí tú sólo eres un capricho. Sabes tan bien como yo que no es así. Que he sido una gilipollas, cierto. Nos hemos equivocado tantas veces y vuelto a intentarlo que ya he perdido la cuenta. Pero, ¿sabes cuantas veces más volvería a intentarlo? Infinitas. Porque sé que si no volvemos a intentarlo nunca podremos saber si pudo haber salido bien.
Pero ya no pienso volver a equivocarme. Por nada del mundo volvería a repetir la escena de la madrugada del 24 de junio ni lo que me llevó a hacerlo. Pero créeme que cuando la persona que más quieres en el mundo te dice mirándote a los ojos que no te quiere, pierdes la razón y con ella se va la poca cordura que te quedaba.
Esto, chico, te lo escribo desde lo más hondo de mí. Ni siquiera sé si lo leerás, pero escribí esto para poder desahogarme, ya que no sería capaz de dirigirme a ti y tener que soportar otro rechazo. Yo no sé lo que piensas de mí, y tú sí lo sabes.
Creo que nunca me cansaré de mirarte y repetirme que te quiero.

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